Definición y claves

La avicultura ecológica tiene como objetivo obtener huevos y carnes con el máximo respeto al bienestar de los animales, sin producir contaminación ni otros problemas ambientales y sin utilizar productos químicos artificiales ni organismos transgénicos

Los requisitos mínimos que hay que cumplir para poner en el mercado estos productos haciendo referencia a que se trata de productos "ecológicos" están recogidos en los Reglamentos CEE Nº 834/07 y Nº 889/08

A pequeña escala, se trata de una actividad sencilla que se complementa perfectamente con los cultivos leñosos o la horticultura y que requiere de unas instalaciones simples y económicas. A escala profesional, sin embargo, es algo más exigente, pues se necesitan al menos 2 a 3 has arboladas y una superficie de 500 a 600 m2 de naves bien diseñadas y perfectamente equipadas, con el objetivo de proporcionar el máximo bienestar a los animales y lograr un manejo eficiente de los mismos. 

En cuanto a las naves, deberían estar concebidas para garantizar unas condiciones de vida óptimas frente a cualquier circunstancia o época del año, sobre todo durante el verano, porque el calor disminuye la producción y es más difícil de combatir que el frío. El aislamiento térmico y la ventilación resultan puntos clave, junto al manejo de la yacija. Pero también las condiciones de iluminación, la disponibilidad de espacio suficiente de comederos, bebederos y ponederos es importante. Sólo así será posible manejar lotes grandes de aves con un bajo nivel de competencia y de agresiones entre los animales.

Las condiciones de bioseguridad también son un punto crítico para evitar la administración de tratamientos medicamentosos, que descalificaría los productos para su venta como ecológicos. Para conseguirlo es primordial la realización de vacíos sanitarios tanto en las naves como en los parques, lo cual hay que tener muy en cuenta a la hora del diseño. También las condiciones de limpieza e higiene de los materiales. Y un vallado perimetral de los parques y los alojamientos que viten la entrada en contacto con nuevos microorganismos o parásitos.